En el extremo sur de la cantera de Rano Raraku, donde el camino serpentino desvela una escena majestuosa con el volcán Poike y las imponentes siluetas del Ahu Tongariki como telón de fondo, se encuentra el Moai Tukuturi. Este moai es una de las figuras más intrigantes y debatidas de Isla de Pascua, ofreciendo una visión única en comparación con las tradicionales estatuas erguidas que dominan el paisaje.
Descubierto en 1956 por la expedición de Thor Heyerdahl, el Moai Tukuturi rápidamente capturó la atención tanto de locales como de visitantes. A diferencia de los otros moai que suelen ser imponentes y misteriosos, Tukuturi presenta un aire más realista y accesible, arrodillado con las piernas dobladas hacia atrás, apoyando sus nalgas sobre los talones. Su estructura completa, que incluye piernas y manos sobre los muslos, muestra una clara influencia de las posturas reverenciales típicas de la Polinesia.
Tukuturi se distingue no solo por su postura sino también por su diseño. Su cabeza es más redondeada con ojos prominentes y una barba de chivo, reminiscente de los moai kava kava, y mira hacia el volcán Rano Raraku, contrariamente a la mayoría de los moai que miran hacia el exterior de la isla. Este moai, que mide aproximadamente 3.70 metros de altura y pesa alrededor de 10 toneladas, es además el único que está en posición de cuclillas, una raridad entre las estatuas de la isla.
La peculiaridad de Tukuturi ha generado múltiples teorías sobre su origen y propósito. Algunos expertos lo consideran uno de los primeros moai, posiblemente del siglo X, mientras que otros argumentan que podría ser una figura más reciente relacionada con el culto del Tangata Manu. No faltan teorías que sugieren que Tukuturi podría haber sido una influencia externa, quizás traído o influenciado por los trabajadores de Tahiti hacia finales del siglo XIX, dada su semejanza con los tikis polinesios.
Tukuturi es también notable por su orientación única hacia el Rano Raraku, lo que ha llevado a especular sobre su posible función ceremonial o simbólica en relación con las actividades que se llevaban a cabo en la cantera y el volcán. Su posición y estilo podrían haber tenido significados específicos dentro de las tradiciones y rituales de la población rapanui de la época.
El Moai Tukuturi no solo es un testimonio de la diversidad artística y cultural de los antiguos habitantes de Isla de Pascua sino que también sigue siendo un punto focal de fascinación para historiadores, arqueólogos y turistas. Su forma única y las historias que lo envuelven lo convierten en una parada esencial para cualquier visitante de la isla, ofreciendo una perspectiva diferente sobre la rica historia y el legado de Rapa Nui.
El Moai Tukuturi permanece como un enigma arrodillado que desafía las convenciones y enriquece nuestro entendimiento de la Isla de Pascua. Ya sea visto como un vestigio de las primeras etapas de la escultura en la isla o como un símbolo de conexiones culturales más amplias, Tukuturi sigue capturando la imaginación de todos los que lo contemplan, manteniendo viva la rica herencia de Rapa Nui.
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